miércoles, 29 de junio de 2011

FALLING SKIES– BURGUESES DE CAMPING

Cartel promocional; que la referencia a (la
envidiada) DISTRITO 9 es casual, vamos
El canal TNT (tal como sugieren sus explosivas siglas, esperando reventar la parrilla) llevaba semanas bombardeándonos con pequeños tráilers sobre el estreno de esta serie que al fin asomó el hocico en las pantallas. Dado que STEVEN SPIELBERG, el MIDAS DE HOLLYWOOD, apostaba por el producto (en su sentido más peyorativo), debíamos estar insomnes y con sudores a la espera del estreno. Él es sigul de calidad.
El primer episodio de Falling skies recalca su poca ambiciosa factura televisiva estilo todos-los-públicos. Es cierto que tratar de ensalzar o criticar una serie por su primera entrega es temerario, pero aquí es donde entran en valor la experiencia y el instinto. Y si bien QUENTIN TARANTINO recomienda empezar las historias con un “bang” para terminarlas con un “big bang”, lo visto de Falling skies promete acabar en ‘big crunch’.
Fotograma de reverberaciones bíblicas (NOAH WYLE
como MOISÉS) que describe el grado de preocupación
que estos supervivientes tienen por los cazas aliens
Pongámonos en situación: empieza esta “gran esperanza blanca” televisiva contando que alienígenas mecanizados paralizan la Tierra con un IEM e inician la conquista. Ese es el “bang”; a ver cómo llega el “big bang”. Tras la introducción, en voz infantil narrada (un truco para hacernos ver cuán pura-inocente/ingenua es la Humanidad, que sufre ordalías sin freno e innúmeros sadismos), pasan los créditos. Y entonces aparece EL NOMBRE: MARK VERHEIDEN, el depre de la ciencia ficción. El que nos angustió con los tediosos vericuetos ‘intelectuales’ de sus guiones de ALIEN para DARK HORSE, el que le ha dado ese lustre suicida al remozado GALACTICA.
Ya está: ´nuff said. Tostón cantado. Que Spielberg aparezca como productor ejecutivo es anecdótico.
Momento Kodak en que TOM MASON (Wyle) abraza a
su hijo menor; todo pasteloso para que nos caigan bien
El primer episodio nos sitúa a unos meses de la invasión. La Humanidad está postrada y abundan la hambruna y los alienígenas cazadores de personas, aguerridos guerrilleros tipo JOHN CONNOR (carcajada cósmica) empeñados en sacar adelante los harapos de nuestra tiroteada civilización.
El héroe es ese doctor de ER que resulta ser un sofocado padre y ex profesor de Historia Militar de una universidad de Boston (lo que conozco de esa ciudad son los exteriores de CHEERS y LOS ELEGIDOS, pero los planos generales vistos no coincidían con nada de eso). Huye de los alienígenas, aparatosamente presentados como haces de láser que aniquilan supervivientes.
El primogénito Mason tocapelotas y su novieta; ADÁN y
EVA contra el Cosmos asesino. Atragantados los tengo...
Este personaje tiene tres hijos (matraca para hacérnoslo simpático) y uno de ellos es rehén, esclavo, víctima, no sé qué, de los alienígenas, cuyas metas no son descritas. Le han plantado en la espalda un trozo de plástico (anda que se han currado el parásito por los cojones) y anda como zombi. Su primogénito es ese adolescente habitualmente camorrista que sabe más que el padre y tiene los huevos como catedrales, y va a ganar él solo la guerra. (Como HEAT LEGDER en EL PATRIOTA, vamos.) Poco visto que está eso, vaya. El resto del multiétnico elenco encaja en ciertos corsés que se han estandarizado en este tipo de “historias de la frontera” y que, más que ayudar a llegar a mañana, hacen bulto.
Los que parten la pana, dispuestos a barrer la Tierra de
seres deformes; detrás, la peña se recuesta contra la
pared esperando que pase el autobús
Falling skies es un producto rutinario, de poca entidad, apenas sin garra, nada visceral. Puede vérsele en la estela del nuevo V (otro marrón de tonos depres e interpretaciones rutinarias, sin la épica del V de los 80) y creado a partir de “desperdicios” de DISTRITO 9, que parece la (envidiada) referencia en que se apoya esta serie; quienquiera que haya visto los trailers habrá notado el ENORME parecido entre los encuadres como se ve la nave-fortaleza de éstos aliens y la que levitaba en Johannesburgo. Hasta las máquinas guerreras guardan parecido con la coraza en la que el protagonista de aquella película se embute al final, sólo que con efectos especiales más cutres, casi de saldo.
Portada de un cómic que será de apoyo
a la teleserie; ya, ya quisiera tener
Noah Wyle la mitad de esa fiereza
NOAH WYLE no convence como héroe; este tipo de relatos engendra un personaje “con pasado” al que este hombre no atiende. No digo que, puesto en el guión, lograse ser John Connor. Le han dado unas líneas que encajan con cierta idiosincrasia autóctona de cómo se ve el (burgués) norteamericano y las ha seguido fielmente: Soy un preocupadísimo padre de familia con un hijo problemático, otro al que han esclavizado y un tercer pequeño que trata de ajustar el nuevo horror con lo que fue nuestra plácida vida de ayer. Pero aún así mantengo mis (liberales) principios, mi Master Card y que in God we trust, como dicen mis dólares.
No vemos a esa fiera brutal que surge en conflictos de esta naturaleza, como en Bosnia. Su edulcorada angustia carece del sesgo de la de alguien que se sabe al borde de la extinción de verdad. Este personaje está convencido de que restaurarán la democracia y el estilo (burgués) de vida americana pasado mañana. Como JOHN WAYNE, puede permitirse ser el hombre tranquilo.
Llevan meses de guerra pero su aspecto es saludable; ni un arañazo, ni suciedad por tener que vivir en escondrijos, la ropa limpia. Todos los personajes que salen parecen, como mucho, acabar una jornada fastidiosa en la oficina; no en el taller, o la fábrica. Sino en Microsoft. Llevan armas y ropas un poco astrosas por hacer el paripé, pero esta gente, pasar angustias, mínimas-nimias.
Fotograma: no es su mejor plano, pero este ser acorazado
recuerda tanto a la armadura que sale en Distrito 9 como
al entrañable ED-209 de ROBOCOP
Y como es una serie de acción, meten un tiroteo de pobre calidad épica en un almacén. Por supuesto, los aliens no hablan: gruñen, farfullan, berrean, y se exponen a las balas del AK-47 del héroe (curioso: un arma comunista –y de terroristas- en manos yanquis) a pecho descubierto. Invulnerable. Empero, no soporta una descarga en los sesos de una escopeta del 12. Todavía le queda cabeza y tiempo al engendro para jadear agónico.
Según parece, la coraza que les recubre no soporta los impactos a quemarropa (lo cual exige un temerario valor a todo el que desee matar un engendro de éstos), así que toda esa munición aterradora, la de alta penetración, blindada y de fragmentación, de uranio empobrecido, sólo sirve para hacer pirotecnia. Poco creíble.
El único y considerable atractivo de la serie:
MOON BLOODGOOG como ANNE GLASS,
la GINEGRA de nuestro Tom Mason
Es llamativo detalle que, en una situación en que los aliens patrullan los cielos, a la espera de eliminar nativos, éstos se muevan abiertamente por calles y carreteras, los parques. Entre ellos, se sabe que hay soldados que adiestran su resistencia; ¿no les han podido advertir que se muevan de noche, o por lugares techados, o algo parecido? No.
El mensaje que desprende Falling skies es el siguiente: somos América en un mal trago pero saldremos de ésta porque… somos América. Nuestra población (reducida a un puñado de harapientos terroristas, y este dato –que replica V- es importante en un país decidido a exterminarlos, pero al que un fanático arrodilló el 11-S-01, obligándoles a modificar su forma de vida) no sólo conservará todos sus sagrados estigmas de valor, grandeza y pureza. Nos importan una higa los rayos de sus cazas: haremos un picnic en Central Park porque… somos América. No nos postrarán.

Fotograma de LOS ELEGIDOS II - EL DÍA DE TODOS LOS
SANTOS. Pues estos dos bostonianos les vendrían de
puta madre a estos supervivientes, en serio

Es Propaganda destinada a alimentar un cierto fuero que, en circunstancias reales, no funciona así. Cosas como el hambre, la necesidad, la ansiedad, la desesperación, el miedo, pulsarían en sus almas. En cambio, ahí están: preparándose para pasar el Día de Acción de Gracias en una tienda de campaña, este año.

No promete cosas buenas, Falling skies. No tiene espinazo. Sólo… FX (y pencos, encima).