domingo, 26 de febrero de 2012

VENUS DECAPITADA – LA VENGANZA DEL MONSTRUO DESOVADO

Cubierta de KATJA FAITH; el
prólogo es de GABRIELLA
CAMPBELL

La síntesis de esta elaborada novela se hace apreciando que el presunto protagonista, incapaz de copular, pone en marcha tremendos mecanismos que impiden al resto del mundo hacer el amor. Así, el no jodedor jode a todos.

Poseyendo esta obra de SERGIO PARRA un importante elemento de suspense, evitaré desvelar su sustancia para así mantener la sorpresa intacta para todo lector que se sienta interesado en tajear la tupida jungla ortográfica que contiene sus capítulos. No sé tampoco hasta qué punto hacer sinopsis de esta contundente obra, a la cual he accedido gracias a la generosidad de JOSÉ MARÍA CARRASCO, editor de VIAJE A BIZANCIO EDICIONES, desvelaría su asombroso giro final. Felicidades, Sergio, porque supiste mantenerlo realmente bien oculto y constituye un colofón para el relato como pocos he tenido oportunidad de leer.
Hay algunas matizaciones que efectuar, no obstante. Acaso una sea que hace años también emprendí la dura gesta de escribir una historia sobre el tema central de la novela, la guerra de sexos, la dominación y la fuerza, la preeminencia del que “está debajo” y la desesperada resistencia a voltear posiciones del que “está arriba”. Era una pasada New Wave total y el protagonista, MARTILLO, destruía el mundo con Armas T. Si no era suyo, si su catecismo no imperaba como así estaba mandado, nadie más disfrutaría del triunfo. Es curioso cómo una misma idea diverge según el autor.
El autor, SERGIO PARRA; valor en alza, como
atestigua su obra literaria
Otra cosa que me ha resaltado de la biografía del autor, del que distintas fuentes hablan elogiosamente, es que trabajó como lector de PLANETA, y que, en su haber, cuenta con una novela ucrónica. Tras leer esto, me he preguntado si Parra no habrá rechazado alguna “historia de la frontera” (¿qué tal la ucronía LOS IMPERIOS PERDIDOS?). Quizás no. Pero…
Venus decapitada es una novela que pone en valor el rico (y extenso) vocabulario del autor, hallándose el relato plagado de referencias CultuPop que ayudan a Parra a fijar, sin equívoco, en nuestra mente la imagen correcta que pretende describir. Esto debe ser así porque “nuestra generación” bebe de fuentes muy diversas, siendo la imagen la más potente, un discurso quasi universal que aclara y abrevia; antaño, los autores se veían obligados a detallar (o apenas rasguñar una descripción) ciertos hitos que quedaban  al albur de nuestra imaginación, con el riesgo de no ser exactamente eso que leíamos.
¿Veis? Primer ejemplo de lo que afirmo.
Las novelas no se las publican a
cualquiera; hay que tener talento previo
Así que cuando Parra quiere describirnos al “protagonista” de su novela, PERFECTO CEBRIÁN (odioso, insufrible, arrogante), alude inmediatamente a las gafas que llevaron THE BLUES BROTHERS, y esto nos lo pinta con exactitud. El mundo se ha movido, no podemos seguir empleando remedios góticos o culteranos que inducen ambigüedad/y/o/sopor al lector.
Toca ahora referirse al que estimo protagonista del relato, ISAAC MARTÍNEZ, cándido atrapado en una increíble, incongruente y aterradora conspiración donde lo en principio absurdo se convierte en una mortal realidad. Isaac está empeñado, como una efectiva última voluntad, en transcribir “para el futuro o para el pasado, para la época en que se pueda pensar libremente” los acontecimientos que desmoronan nuestro mundo presente, que, bajo el foco de la obra, se encuentra ya muy cuarteado.
No es, por tanto, extraño que
VIAJE A BIZANCIO EDICIONES
apueste por su producción
Isaac jamás sería, por otra parte, un POSTÉPICO. Ante el momento cumbre de su vida, ante el único ademán que la justificaría, y que ejecutaría no tanto por redimir o salvar a la Humanidad, por demostrar que el luciferino caudillo, Perfecto, no es ni de lejos divino, asume una pastueña actitud contemplativa y sumisamente decide concluir su obra antes de ser ejecutado (por motivos no aclarados, por cierto… a menos que me los haya pasado entre los párrafos cargados de excesiva retórica y urdidas metáforas que abundan la narración).
Isaac no da el golpe que debiera siendo fruto éste de una simple y humana necesidad de afirmación, y que le arrancaría el yugo moral e ideológico que le torturó. Ni siquiera este SEGISMUNDO acometería por venganza. Sería por pura/propia autoestima, por dignidad personal. Pero Isaac… nos defrauda acabando por amar al GRAN HERMANO.
La alambicada (a veces, en exceso, pues parece potente compulsión irreprimible del autor mostrarnos la amplitud de sus conocimientos y el elegante manejo de la extensa gramática que hace) novela contiene elementos de reflexión que no pueden pasarse por alto, o a la ligera. Esta suerte de BEFORE 1984, con Isaac oficiando de pre-WINSTON SMITH, está nutrida de datos que delatan cuánto Parra trabajó documentándose y que nos hacen ver que su argumento quizás no sea tan descabellado como parece. Incluye referencias de féminas combativas que, en principio, se antojan esperpénticas, majaderas afiliadas a un culto/credo que tiene trazas de ser chuminada revanchista.
He aquí otro ejemplo
Pero, luego, cuando prestamos atención a ciertos espacios radiofónicos, de la TV, advertimos que hay una especie de realidad paralela en la que la preeminencia masculina está realmente amenazada. Y no tanto por las feministas como por unos hombres que semejan sus ‘perritos falderos’. No es que acaparemos numerosos logros, cierto es, pero considerar que una dictadura matriarcal, o hembrista, sería la panacea sí que es estúpido. El cerebro del hombre y la mujer pueden tener esas diferencias a los que la novela alude con frecuencia, pero allí abajo, en el núcleo, sigue presente el Complejo R, que estimula la territorialidad, la posesión, la violencia. En última instancia, ambos sexos siguen siendo humanos. Contienen idénticos defectos. La crisis se manifestaría pero de otra forma.
Bajo un presunto prisma irónico, Parra llama nuestra atención sobre el que el hombre está en pleno ocaso y aporta hechos. En lo que ha sido muy cuidadoso es en evitar señalar que es cierto movimiento político el que contribuye a este declive. Un ejemplo está en la despótica paridad sexual, impuesta por cojones. En vez de potenciar que el mejor preparado, con independencia de su sexo, ocupe un cargo o silla en un consejo de administración, se obliga a sentar allí a cualquier cretina. Todo por mor de complacer a las hembristas vocingleras, no por hacer justicia.
Y otro más
Defecto imputable a Venus decapitada es que, por ejemplo, no se puede tardar más de ciento cuarenta páginas en desvelar al lector de qué va la novela. Parra agota contándonos trivialidades de Isaac que bien pudo resumir en pocos párrafos. Y ese detalle de Perfecto, como un MORIARTY en el centro de su telaraña, cuyo núcleo está domiciliado en su cuarto, acaba estragándolo todavía más.
Venus decapitada es una obra que bordea la alta literatura; indiscutible. Es una ficción acumulativa, sin superhéroes, que trata no obstante de ser fiel reflejo de la vida misma. Y, sí, en efecto. Lo consigue.
Vuestro Scriptor.

Documentación adjunta:


Estos son los riesgos que corre la tan cacareada "paridad".
Pero, como era un caprichito del chumino zapaterista,
pues a dilapidar talentos y recursos en... chuminadas, no
en personas de probada valía, independientemente de su sexo