martes, 15 de enero de 2013

GHOST RIDER, SPIRIT OF VENGEANCE — MUNDO, PECADO, CARNE


¡Cómo mola! Peazo afiche. La peli...
Argüir que “Fíjate si es mala que hasta sale CHRISTOPHER LAMBERT” (el monje psicópata tatuado METHODIUS) es emponzoñada ‘razón’ para descalificar la cinta, por todos breada en distinto grado, no estricta crítica, ¿verdad? Conforme: pudo ser mejor película y tiene cosas para clamar al Cielo, pero no es tal desastre. Lambert tampoco es la “excelencia del cine execrable”.

Mas en alguna parte de la maquinaria crítica alguien decidió que mejor hacerla trizas a verle virtudes y, por comodidad, se siguió ese flujo. (Supongo que también es condición de cada persona. Prefiero ver cosas buenas a su opuesto.)

Es, lo de ver sólo cosas malas, consecuencia de la moderna concepción del mundo, que generaciones más recientes han abrazado como auténtica árnica liberadora: La culpa nunca es tuya; es de los demás. Eres una linda concepción de la persona, luminosa e inspiradora per se. El resto es opaca materia resentida que intenta eclipsarte, dolidos por tu brillo luciferino. No tienes por qué enfocar tu vida a algún objetivo provechoso. Pasa de la constancia y el esfuerzo. La superación. Desprecia a quienes lo consideran importante. Otros trabajarán para que tú disfrutes. Lo fundamental es que tú eres inocente; siempre. Aférrate a esa premisa.

JOHNNY BLAZE (NICOLAS CAGE) repasando su peazo moto
Pero pasemos a lo que interesa: un problema de esta excesiva cinta de MARK NEVELDINE y BRIAN TAYLOR está en que se ha vendido como una superproducción de trascendencia universal. De haberse tratado de querida-y-genuina Serie B, que emplea sus magros recursos de maneras muy bien aprovechadas y a tope, la ¡aclamación! sería general. Se lamentaría aun su falta de financiación. ¡Qué hito habrían filmado, entonces! (aducirían.)

Otro inconveniente de Ghost Rider-Spirit of Vengeance también procede de su primera entrega (que la segunda reescribe en parte). Ya iba corta porque el concepto, aunque prometedor, fue manejado inadecuadamente. Y para cubrir anemias argumentales se buscó un rutilante artefacto a caballo de una HARLEY-DAVIDSON infernal que dejase boquiabiertos a los adolescentes (en verdad, su público) y soñaran que jineteaban con la poderosa máquina por esos caminos de Dios, como antaño otros jóvenes admiraron a ELVIS PRESLEY o MARLON BRANDO haciendo de canoros e inofensivos ÁNGELES DEL INFIERNO de entonces.

El DIABLO y su nueva obra: RAY CARRIGAN
NICOLAS CAGE (que afirman se “aferró” al tema) no debió protagonizar la primera. Un hombre que quizás frise los sesenta ya no puede, por mucha cosmética que le apliquen, aparentar veinte tacos, tío. En cambio, para esta segunda es ideal: los años transcurridos con eso dentro lo han deteriorado tanto física como anímicamente. La obsesión de ese ser devasta su carne. El daño que el espectro origine a otros (incluyendo al anfitrión) no tiene importancia.

DANNY; más que el ANTICRISTO, la redención de Blaze
Y Cage, un mortificado JOHNNY BLAZE, intenta, con toda su alma, reflejar esta destrucción así como la tenaz batalla por contener al engendro llameante que lo socava. Así ha establecido parábola con BRUCE BANNER, que combate al irascible berserker esmeralda que aprisiona bajo sus costillas de forma parecida.

En THE AVENGERS, sin embargo, Banner parece haber llegado a un “acuerdo razonable” con su alter ego gamma. Blaze, no. Consume drogas poderosas confiando que duerman/atenúen al engendro ígneo, campeón de la noche.

Todo esto hubiera quedado dabuten al final del filme
Ghost Rider-Spirit of Vengeance también alude a ‘clásicos’ que tienen al Diablo como importante secundario de la trama. CYARÁN HINDS (ROARKE) recuerda al Diablo que GABRIEL BYRNE encarnara en EL FIN DE LOS DÍAS, más que al taimado ente de ROBERT DE NIRO en EL CORAZÓN DE ÁNGEL. Aun se me antoja que este Ghost Rider-Spirit of Vengeance es como un borrador desechado de la peli de PETER HYAMS que los escritores SCOTT M. GIMPLE, SETH HOFFMAN y DAVID S. GOYER (autor de la historia también) han reutilizado y, en algunas cosas, con mayor acierto.

EL MOTORISTA FANTASMA desfasando en la excavadora
“Rescatan” el tradicional (¿o necesario?) “pretexto” del ANTICRISTO, nonato, o ya adolescente, para abundar la trama. En intento con aire de inteligente giro emocional, para sustanciar el embravecido espectáculo de vertiginosos FX, establecen un vínculo “afectivo” entre Blaze y DANNY (FERGUS RIORDAN), llevándolo al punto en que ambos se enquistas tanto en el otro que suponen la salvación mutua.

Por desgracia, ya vimos algo así en THE ROAD WARRIOR o TERMINATOR 2. La fuerza de su impacto no es tan decisiva.

Carrigan, la entropía viviente. ¿O es JUDGE MORTIS punk?
El gran fallo del filme es que lo han llenado de excesos para compensar donde se resiente. Significativos son las fases de Blaze enajenado, que no trasladan el pánico interior que lo mina, volviéndolo desesperadamente imprevisible, irreflexivo, irracional. Semeja un colgao pasao de anfetas mochales total. Su drama pierde intensidad/interés. (El montaje estilo videoclip/viñeta de tebeo tiene su punto.)

Urdiendo un rescate a la desesperada. Manda: IDRIS ELBA
Y emplazan su apogeo en la cantera, cuando Blaze “posee” la gigantesca excavadora para pulirse al ejército de sicarios de Europa del Este. (Esto se ha impostado como defecto. Rodarla en la “exótica” Rumanía parece hacerla supercasposa. Supongo que tiraron a localizaciones económicas y elenco asequible conscientes de la débil recaudación posterior, sumado al coste de las CGI. —Tampoco se quiere ponderar esta cuestión: hay que rentabilizar el invento—.)

Para cuando llega el “auténtico clímax”, hacia el final, sólo hay repetición de algo ya visto, pero ¡más excesivo!, y demarrajes como el inverosímil pugilato entre Blaze y RAY CARRIGAN (JOHNNY WHITWORTH) sobre el capot del todoterreno que conduce NADYA (VIOLANTE PLACIDO), la madre de Danny, destinados a noquearnos.

Ningún arma mortal parece poder abatir a Ghost Rider
(Hallé curioso lo de la etnia de ella; el fulano del bar, al que sisan la cartera, la entra preguntándola si es gitana, en plan: “Eres puta experta en posturas exóticas, ¿eh?”.)

Por alguna razón, los responsables de Ghost Rider lo han vinculado a JUDGE DREDD y los CUATRO JUECES TENEBROSOS. Esto es palmario en la primera entrega, y vuelve a aparecer uno de ellos como nocivo rival del atormentado Blaze/Ghost Rider.

El filme va, ante todo, de lo doloroso que es redimirse
Acabando: me ha gustado. Incluso más que la primera, porque aquí sí hay argumento: cómo ganar la redención, a múltiples niveles, una vez has caído muy abajo. Y que lo fácil (como pactar con el Diablo) no es necesariamente bueno. O mejor. Lamento sus carencias, que solapan los aciertos, y son de tal entidad que se las han apañado para dominar incluso esta reseña, que pretende defenderla, y espero ayude a moderar vuestro desdén por la película. En ésta, al menos, la figura intimidante del espectro llameante se burla de sí misma (cuando Blaze describe cómo mea el fantasma), mientras que la primera perseguía una solemnidad artificiosa incapaz de convencer. Ghost Rider-Spirit of Vengeance sólo entretener. Pienso que es honesta en ese sentido, pero que se coló con los excesos.

Vuestro Scriptor.