lunes, 11 de febrero de 2013

STARSHIP TROOPERS — ELLAS, MENTE; ELLOS, MÚSCULO


Afiche foráneo: todos muy estresados
Siempre sostuve que CASPER VAN DIEN sería un magnífico CAPTAIN AMERICA en una adaptación decente del personaje de cómic (rico, indispensable, nutriente para el parásito real, el cine) a raíz de su interpretación en este vigoroso filme de PAUL VERHOEVEN, donde encarna al enérgico cabeza hueca JOHNNY RICO, a la sazón, Captain ARGENTINA.

Mentón cuadrado, físico de culturista, ejemplar ario perseguido por la Propaganda nazi… Caramba, ¡todo lo tenía!, aun la falta de criterio capaz de detectar las trampas puestas por la educación sectaria o la Propaganda.

Verhoeven acertó eligiéndole de protagonista, sí, ajá, pues trasladaba a la pantalla de plata la falta de ego y ponderación que el estamento militar busca tengan las tropas, imponiendo la brutalidad (que encarnan el SARGENTO ZIM —CLANCY BROWN—, ACE LEVY —JAKE BUSEY—, o CARL JENKINS —NEIL PATRICK HARRIS—), porque, si no, ¡nadie iría a combatir!, salvo los enfermos que gustan de los uniformes, la disciplina y destruir vidas y haciendas ajenas so pretexto de defender causas y principios sagrados.

Los amigos siempre serán amigos... o algo así. Eso juran ellos
La vida es así y, por desgracia, debe haber de todo, aun sujetos tan negativos, incapaces de ser felices si no es fastidiando al prójimo de diversas formas.

Cada vez tengo más claro que ROBERT A. HEINLEHIN, cuando escribió TROPAS DEL ESPACIO (puedo obviar lo de su polémica y demás, ¿verdad?), no lo hacía con estricto sentido del militarismo, componiendo una oda a lo bélico-y-castrense como pretenden ver, sino que urdía una sátira, o parodia, de todo eso. Tan fina, que no podía ser fácilmente detectada. Debías estar libre de una tanda de prejuicios, incrustados en tu criterio por entes externos, para captarla.

La ya aguerrida DIZZY FLORES lista a tundir a ZIM
Cuanta persona que me hablaba del filme lo tundía. Militarista. Absurdo. Excesivo. Justificaba las matanzas imperialistas yanquis (qué curioso; los rusos jamás JAMÁS las han causado, ni los soviéticos persiguieron intereses imperialistas), encarnadas en mantas interminables de bichos a los que disparar sin cesar como en el más delirante shooting game.

Conocía la novela y sabía que no era tamaño ardid; ¡así constaba en el libro! No podía entender, por tanto, por qué combatir al enemigo insectil del relato era motivo para incrementar el demérito de una excelente y cítrica adaptación como es la realizada por Verhoeven. Pero, los progres piensan así.

En Klendathu, el poder militar de la Federación naufragará
Algo a lo que los militares se aferran, o valen, para efectuar levas es a la erótica de las armas (y las de Starship Troopers deslumbran más que modelos de PLAYBOY). Éstas tienen una relevancia fundamental en la película; recordemos la secuencia en que los niños juegan en un parque con tres miembros de la INFANTERÍA MÓVIL, que los “seducen” no con caramelos, sino con sus imponentes rifles y municiones.

De este modo Verhoeven (o EDWARD NEUMEIER, guionista, que recupera aquí el potencial ácido de ROBOCOP) destaca qué dogmatizada hacia el “Servicio que otorga la ciudadanía” (concepto hoplita, muy antiguo) está la Sociedad que describen ambos documentos. RASCZAK (MICHAEL IRONSIDE), en su clase, intenta incluso desmotivar a los alumnos para que no ingresen en barras, creando especie de refuerzo psicológico negativo que planta una semilla en el cerebro de los jóvenes: Cuando tanto TANTO lo denuestan, ¡es porque tiene cosa buena!

El sabio y bregado vet eterno: el TENIENTE RASCZAK
Tampoco debemos escandalizarnos por lo del “fracaso de la democracia”, porque un somero repaso a nuestra Historia más reciente enseña qué fácilmente la democracia es víctima. Y no tanto de extremismos o fascismos como de los mismos “servidores” de la democracia, que la pervierten y corrompen, prostituyen, en nombre del saqueo sistemático de las instituciones, causando detrimento de los servicios sociales básicos.

Y no restaura la fe en la democracia la actitud de “amnistía” como los políticos “premian” tales conductas, previa ampulosa denuncia con palabras contundentes de nulo peso. Convierten la democracia en una mascarada de delincuentes.

Heinlein/Verhoeven/Neumeier eran, por tanto, conscientes de que la masa sacrificará, sin dolor, la libertad-democracia por un Sistema, pasablemente justo, que garantice un paraíso material, como el descrito en libro y filme. Abunda la prosperidad (o tal parece) a cambio de que el poder de decidir (importante frase) lo ostenten unos pocos, en principio templados en un crisol de penalidades que les hacen, mejor que sabios tendentes a utopías irreales, ilusorias, más comprensivos de las necesidades humanas.

Esa Sociedad ha rendido ciertas libertades a cambio de seguridades. Y ¿por qué no? Los políticos lo hicieron antes, en pos de mezquino beneficio, pervirtiendo la democracia.

Ellas, en despachos; ellos, en trabajas pesados
Ese Pueblo está convencido de que la eficacia, encarnada en LOS VETERANOS, supera las florituras democráticas, presentada, la democracia, como un órgano rutilante aunque ineficaz, merced a los numerosos “niveles” de “decisión” (comisiones, parlamentos, despachos) donde todo se ralentiza, debate, aplaza, y se pierde, por tanto, resolución ante los problemas, o aun la documentación de éstos.

[Efectivamente esto ocurre en nuestra ‘España de las autonomías’, donde un problema urgente impacta contra una densa muralla de competencias territoriales interpuestas ex profeso para impedir que un culpable administrativo, o político, sea condenado.]

También Verhoeven delata lo relativo de la fuerza física. Las féminas concursantes, DIZZY FLORES (DINA MEYER) y CARMEN IBÁÑEZ (DENISE RICHARDS), alcanzan puestos de responsabilidad distintos a los de los varones (tan noqueados que ni aspiran a machos alfa), puro músculo. Lo vemos en la CAPITANA DELADRIER (BRENDA STRONG), Carmen como piloto, o Dizzy, que impulsa a la acción coherente a Johnny, cuando toda solución que él concibe es resolver el problema con un tiroteo masivo.

[Las feministas vocingleras deberían tomar nota de su ejemplo, aunque tal su estimulación intelectual “mujer” es únicamente la que usa el aborto como anticonceptivo. La que se lo curra es una perra machista.]

Ante un enemigo tenaz que no aguanta tonterías
Starship Troopers acabará siendo (si no es ya) un grandioso filme que derrotará con facilidad la viscosa costra de descalificaciones (siempre más fáciles de otorgar que detenerse a ver valores) que, en su día, la bombardearon. De ser “de culto” se convertirá en una obra maestra de la sátira antimilitarista, que empleó con sabiduría sus excesos (sigul de Verhoeven que creo usó de modo deliberado e irónico aquí) para denunciar la sangrante incompetencia militar (el desastre de Klendathu), que no está saciada si no masacra lo mejor de una generación en tierras lejanas.

En detalles similares está la fuerza de Starship Troopers. Un frío, sereno, repaso de la cinta así lo mostrará.

Vuestro Scriptor.

Sobre Heinlehin, Verhoeven y el antimilitarismo: