domingo, 20 de marzo de 2016

J.J. BENÍTEZ — ¿GENIO O AVISPADO?

Libro destinado a la gloria. Pregúntenlo
a su autor: del anonimato, al éxito
Muy pocos lectores, creo, ignorarán a quién me refiero. Al meritorio autor de la saga CABALLO DE TROYA, ¿no? Lectura muy a huevo por estas fechas. La tal serie, refresquemos, u orientemos, vuestra memoria, describe un ambicioso experimento espaciotemporal de la NASA destinado a desnudar el misterio en torno a JESUCRISTO.

¿Hombre, Dios, semidiós, alien benefactor…? Benítez ha dedicado millones de palabras fantasiosas a revelarnos la VERDAD. No quiero entrar, o demasiado, en la controversia que nimba a tales textos o qué explicaciones contienen, su estilo literario, otras consideraciones anejas y superficiales.

Lo cierto fue que, el primer volumen, supuso un pelotazo, best seller total, blockbuster de ventas. Sacó a Benítez de lo inefable y gris para situarlo ante las radiantes candilejas mediáticas y de nuestra atención. Benítez era un escritor aferrado a la ovnitología, un VON DÄNNIKEN patrio, lo cual lo colocaba, para el sibarita común literario, a caballo entre MARCIAL LAFUENTE ESTEFANÍA y DOMINGO SANTOS.

J.J. BENÍTEZ, el J.J. AMBRAMS del cristianismo. Aplaudirle
haber encontrado un rico filón comercial. Problema: cree
los fantasiosos embustes que cuenta; los hace una fe
OVNIS. Realmente ¿existen? Los cabezones del ultraéter, con un dedo muy largo con el cual efectúan exploraciones anales a infortunados humanos víctimas de la paranoia de ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE. En serio: ¿pensáis que unos aliens, cuya HI/TECH les permite viajar por el Cosmos, vienen aquí a sodomizarnos con catéteres? ¿No poseerán superescáneres cyberpunk que desvelen, sobre nosotros, cuanto quieran?

Benítez es de lo que creen que estos amorfos celestiales no tienen distracción mejor que desflorar nuestros ojetes con un dedo terminado en lámpara. Ahí lo llevas.

Que vamos ya por el nueve. Sin duda,
la más larga serie de ciencia ficción no
pulp, con pretensiones de seriedad
Algo debemos reconocerle al gacetillero de las estrellas y biógrafo de los proctólogos espaciales: advirtió que su plan ovnitológico lo mantendría bajo en la escala literaria/de ventas y dio con la controversia jesuística/cristiana para destacarse.

Planificado/casualidad: ¡bingo!, empero. La religión vende, y sabiendo cubrirla con un celofán centelleante, te lo compra todo (o casi) Dios. Aun los ateos, los creyentes vergonzosos, que dedican al Todopoderoso más tiempo, energía y pensamientos que los fieles, picarían. Buscarían nueva munición entre sus párrafos para seguir manteniendo su santa cruzada. (Qué gente guay, los ateos: ODIAN los conviertan, pero derrochan lucha procurando convencernos de su no-religión.)

Reconozco que la lectura del primer tomo prendió mi interés y planteó diversas cuestiones que la ortodoxia no despejaba. O te ordenaba aceptarlas tal cual, porque es cosa de Dios y no podemos cuestionarLo. Sólo obedecerLe.

Benítez debe muchísimo a JESÚS, pues
con libros como éste, no precisa lavativa
Merced al blockbuster, Benítez lanzó más tupidos libros (paré en el tercero; los disparates, pese a su ingeniosa presentación, eran ya demasiado evidentes) donde lo que iba cimentando era una religión paralela. Es cuando su figura se hace más sombría y preocupante. Cree sus propios embustes.

En la última entrevista que le oí, advertí estaba a un paso del telepredicador mesiánico norteamericano. Había traspasado toda lucidez. Dominado por su potente aureola de mentiras sobre Jesús, estaba reclutando fieles. Tiene la VERDAD sobre Cristo como nadie. No creerle es caer en el abismo del Huerco, junto al DRAGÓN, la BESTIA, la RAMERA BABILONIA y HELLBOY, si se tercia.

Benítez va de L. RONALD HUBBARD. Pero en mínimo-nimio, debido a nuestra cáustica naturaleza hispánica, que le resta adeptos. Intenta desarrollar su Cienciobenitezlogía y, pudiera ser, tenga “apóstoles” que lo creen a pies juntillas. Y aguardan la Gran Fecha, cuando la Gran Nave los lleve al Mundo del Río, donde predicarán, junto a los de la Iglesia de la Segunda Oportunidad, la redentora Pax Benitus, amén.

L. RONALD HUBBARD, Papa y divulgador
de la Cienciología. A esto aspira ser Benítez
Aplauso para un oportunista que encontró hábil (aunque poco original; pregúntenles a los del Vaticano) forma de descollar literariamente, ganando tanto atención entre los débiles de espíritu y confusos de mente como réditos. Vigilancia para otro converso que, creyéndose vasija de la VERDAD absoluta, pretende convertirnos a ella.

J.J. Benítez: aguardando al TOM CRUISE o JOHN TRAVOLTA español que difunda, generoso, su fe troyana.