viernes, 29 de enero de 2016

BEFORE ALAN MOORE

Y todo comenzó con esta historieta. Ni de
lejos podían LEE y KIRBY imaginar el
imperio que estaban cimentando
Declaro no tener una positiva influencia en mi actividad profesional procedente de los cómics de DC COMICS. Hasta relativamente hace poco, no he leído los suficientes. Y, aun así, parcelados a pocos títulos. Pocos ejemplares además.

Soy más de MARVEL COMICS; y se nota en lo que hago. Pero volviendo a DC: cuando leí que JIM SHOOTER les había vendido guiones de LA LIGA DE LA JUSTICIA, creo que era, con tan sólo trece años de edad, comprendí por qué es tan grande la pujanza del Marvel Universe.

Y mira que esos argumentos de principios de Década 60 mandan webos.

Hoy día una nutrida plétora de firmas han elevado al cómic, historieta, tebeo, como quieran definirlo, a podios que difícilmente podían discernirse en “sus comienzos”. La voracidad incesante del parásito real, el cine, que tanto debe a las viñetas (tomó de ellas casi todo su lenguaje; lo justo sería establecer entrambos una simbiosis), ha ayudado a la respetabilidad del cómic, aunque es relativa y muy sometida al capricho estacional de los lectores y los estrenos.

Ingenuas incursiones en el complejo mapa
bélico-político de entonces propiciaron
esta génesis. Cualquier trama valía.
Había que crecer como fuese

Por desgracia, los cursis han aferrado el fenómeno de la “novela gráfica” como un testimonio más, volátil, de su veleta disposición a estar en cualquier ola que les haga parecer del populux. No es afecto sincero ni prolongado. Bien pronto desterrarán al tebeo de sus refinados salones.

Volverá a ser de los que siempre lo hemos amado. Los fans. Leales. Los que tenemos la capacidad para saltar de un tebeo a otro para dar referencias a los lerdos incapaces de disfrutar del Noveno Arte. Semeja echar perlas a los cerdos. Olvidémoslo.

Pretendo señalar una curiosidad del tebeo; cómo existía un cómic antes de Alan Moore y después de Moore. Deberíamos empezar a cifrarlo así, como lo de AC-DC. Hay cómic A(ntes)A(lan)M(oore) y cómic D(espués)A(lan)M(oore). Al menos, en lo referente al mainstream de superhéroes.

Podrían indicarse algunos episodios AAM, pero ‘la calidad’ procede DAM. Moore elevó el tebeo a la categoría superior que goza hoy únicamente desplegando su talento innato (aunque singular) para narrar. Encontró angulosidades y pliegues en lo que parecía tan terso-recto como la mejor plancha de Acero Nuevo de MODERAN, país de las galletas de acero.

Pero el paso de los años da curso a
argumentos de otro corte, y menos
patrióticos que los de
IRON MAN.
Aun cuestionaban la bandera y su uso
por parte de sujetos muy discutibles
Por su efecto, empezaron a brotar nombres que osaban relatar de otro modo. Tocar temas espinosos. Moore brindó al mainstream una madurez que temían las editoriales pero el lector andaba demandando. Había crecido leyendo superhéroes y quería seguir conservándolos por querencia vieja y lealtad de amigo. Resistían los noviazgos y perduraban tras el matrimonio. Pero, claro, ya madurito, leerte una aventurita frívola/pueril no sólo frustraba: producía vergüenza. Vaya cómic compra, el tío.

Para cubrir la cabeza con la bolsa donde guardabas la compra, y evitar te reconociesen. Así de malos eran esos tebeos. Menos mal que empezaron a publicar GARTH ENNIS, KURT BUSIEK, WARREN ELLIS... ¡Salvaron la papeleta!

Pero antes de ellos, y esto es lo importante, trabajó una generación que difícilmente hoy recibe del verdadero respeto que merecen. Andan todos hoy zombis con BENDIS, con MILLAR, con WAID…, que no existirían si ROY THOMAS, GERRY CONWAY, DOUG MOENCH, LEN WEIN y otros tantos no se lo hubieran currado a lo bestia. Nombres que nada dicen al respetable.

E inquietudes de todo tipo, ¡adelante!
¡Más viñetas! Es la historieta
Surfearon la estela plateada de STAN LEE, que abordó los superhéroes por hastío y desesperación. Marvel, y la brutal competencia que está manifestando DC, no sería lo que es hoy de no haber estado esa gente, en plan currante/visionario, batiéndose el cobre cuando los guionistas no gozaban del excelso prestigio presente.

Aquejaban los traumas, censuras y limitaciones de su época, cosa que cuesta ver y se suelta el órdago crítico sin considerarlo. Nadie recuerda el COMIC CODE ni sus soplapolleces. Tal vez Thomas y Cía., de trabajar hoy, estarían produciendo el cómic ‘maduro’ que hacen Ennis y Cía. No sé si mejor. Quizás hicieron las historietas que les gustaban, sencillas y algo aniñadas, estimando que al mundo le sobraban monstruos. Tengamos reposo, al menos, en las viñetas.

Y si no vamos al Cosmos, ¡de Marte
vienen a fastidiarnos! Por la evasión
Comic Code: no sé si los ya antes arriba citados escribirían lo que escriben ahora si siguiera vigente. No sé a quién le debemos su extinción: si al lector, harto de tonterías, a Moore y FRANK MILLER, a la incorporación de firmas europeas, o a editores que veían peligrar un decano Arte. El manga estaba comiéndose vivo al mainstream. ¡Había que reaccionar!

Os reclamo, ¡oh fieles!, un recuerdo respetuoso por esos escritores de Década 70 que fortalecieron a los superhéroes que hoy triunfan en pantalla, encandilando al mundo. Rescatémosles del olvido. No hacen ningún cameo en esas películas, como Stan Lee, pese a que su trabajo fue el que ahora le permite hacer esas breves apariciones.

martes, 26 de enero de 2016

LA ROCA TARPEYA 4 - APOCALIPSIS — RESEÑADA CON LAURELES

Portada que cierra el primer ciclo. Y con
notable sorpresa al final
¡Publicada por fin! Y no puedo negar que hubiera nervios entre tanto. Sin llegar a los extremos de PROCUSTO, el editor de SITIO DE CIENCIA FICCIÓN, FRANCISCO JOSÉ SÚÑER, se caracteriza por dar la justa apreciación que pudiera desinflar algunas de nuestras ensoñaciones, repletas de vanidad, poniéndonos en nuestro lugar. No somos tan grandes como creemos. Sólo tenemos procesador de texto, como los demás.

Esta vez (bueno, llevo buena racha con sus comentarios, sea admitido), todo ha quedado situado debidamente. Quizás porque la obra, presentada en cuatro entregas, ha sido valorada en su conjunto, y las partes que parecían débiles, ahora se muestran mucho más fuertes de lo esperado inicialmente.

Pero siendo una obra con un final deslumbrante e inesperado, sobre todo teniendo en cuenta la temática (sword-against-sorcery/ucrosteampunk), Francisco ha eludido centrarse en el desenlace para destacar elementos que ha hallado igual de notables. En este caso, y con un toque de presunción por mi parte, destacar la singularidad de mi florido estilo literario.

Permitidme esta vanidad. Porque destaca algo en lo que
he puesto mucho empeño: ser "único"
Cierto, reconozco que choca un tanto a “los no iniciados”. Pero, una vez te sumerges en sus corrientes, descubres la poesía detrás del adjetivo y el juego con las palabras. Me parece que eso viene del tener que embellecer las viñetas, amigo Francisco. Percibo una simbiosis entre trazo y escritura. Un esfuerzo, o defecto profesional, por apilar una palabra más, o estampar un adjetivo que no sea convencional. Para impresionar. Y, como acertadamente señalas, porque hay que diferenciarse.

Dejar una impronta, legado. Destacar. Lo he escrito con frecuencia antes. Mis autores predilectos lo son porque han sabido imprimir algo en el texto que los diferenciaba del resto. Pienso que hay una atonía narrativa generalizada. Y semeja especie de refugio donde el lector se esconde tanto como el escritor. ¿Para qué ponerse a hacer “experimentos” cuando un párrafo “convencional” hace todo el trabajo? El lector que persigo no va a darse cuenta. Se limitará a engullir mis páginas sin más.

Y este otro rasgo de inmodestia
De acuerdo, hasta aquí lo que me parecía conveniente aclarar, esperando de paso agradecer el esfuerzo realizado en encomiar la obra. Os puedo asegurar que no es un trabajo interesado, ni tampoco mercenario. Hay sinceridad, imparcialidad y buen hacer en esta reseña.

viernes, 22 de enero de 2016

BLADE RUNNER — DO ANDROIDS DREAM…

Sigamos homenajeando a DREW
STRUZAN. Otro de sus famosos afiches
Este filme de RIDLEY SCOTT arrastra dos estigmas difíciles de combatir. El primero, os digan hoy día lo que os digan, es que, en su estreno, pasó, si no inadvertido, sin pena ni gloria. Sólo unos pocos salíamos alucinados del cine, comprendiendo que esta distopía era el futuro inminente.

Nada de que fue un bombazo atómico, que el paráclito visitaba a la crítica mientras la veía, como actualmente goza y hoza en afirmar. Era ciencia ficción. Basura, ¿vale? Vas a comparar Blade Runner con CASABLANCA. Vamos, hombre.

Su cursilería veleidosa empero lo ha elegido bibelot de su adoración, y siguen vertiendo loas, confiando limpiar así los detritos vertidos ayer.

El segundo estigma es peor: no hay “espabilado” (excluyamos a los autores que, DE VERDAD, tienen observaciones ingeniosas que impostar) que, ansiando notoriedad, no discursee sobre oscuros intríngulis enrevesados de la cinta. Que no existen. Pasa como con lo del besugo de la laguna negra: todo ‘listo’ tiene “algo” que “descubrir”. Tonterías.

Este noir futurista tiene este proscenio para desarrollarse
Aun así, Scott dona un potente icono visual al cine, pero de difusa influencia en la CultuPop. Pese a todo, RICK DECKARD (Harrison Ford) no es RAMBO, MAD MAX o ROBOCOP, y el vehemente entorno distópico de Los Ángeles, Noviembre, 2019 (¡ya mismo!), tiene brumoso eco cinematográfico.

Lo importante, a esta altura, creo yo, sobre Blade Runner no es el drama del cazador a sueldo/asesino estatal que tiene crecientes conflictos morales con liquidar a los seres artificiales que aspiran a ser individuos, con su idiosincrasia propia e indistinguibles apenas de sus fabricantes, o la relación “ilícita” entre Deckard y RACHAEL TIRELL, que ¿frisa el bestialismo?, sino cómo lo más veleta de la Sociedad y crítica se lo ha apoderado.

RACHAEL TYRELL, ejecutiva de diseño, y ejemplar de lo
más refinado que puede producir su empresa (cosa que
ella ignora)
La intelligentsia progre cultureta (satirizada en FRASIER) ha convertido Blade Runner en un estandarte por esos caprichos que mueven sus inconstantes querencias. La ¡aclaman!/apadrinan, erigiendo altas vallas a su alrededor, apartándola del manoseo del burdo populux, pues les da glamour de cultos si les pescan referenciándola.

Es esta adhesión infiel e insincera a un posible futuro que se nos muestra por duración de un día lo que debe reseñarse extensamente. Cómo un gusto popular es arrebatado, por antojo, y entronizado por gente que ignora sus valores. No atisban qué fallado porvenir está cociéndose, irremediable además. Cómo fracasarán las concepciones brillantes de Utopías manifiestas en skylines de tacón de aguja estilo planeta Mongo.

Siempre, cuan macroorganismo, la ciudad y su topografía
captura nuestro interés
Les importa un bledo si Blade Runner refiere sobre la esclavitud o el asesinato legal en una Sociedad democrática norteamericana. Sólo importa que “está bien” hablar de esta película y su escenario, la desmesurada y tenebrosa Los Ángeles “donde siempre llueve” (falso; el relato acontece en un día; ¿no puede llover todo ese tiempo?).

No advierten que esta urbe, donde las arcologías que “rascan el cielo” no garantizan una confortable vida mejor, según se pronosticaba en ciertas narraciones (LA FUGA DE LOGAN), donde hambre, enfermedad y pobreza son desagradables cosas del bárbaro ayer (DEMOLITION MAN), puede ser vistazo real de nuestro futuro.

Mas, hoy día, gracias a ese antojo, son muchos quienes disfrutan contemplando los deltas de tinieblas y neón donde habitan replicantes, androides biológicos (esto también causa controversia; ¡hay quien les ha visto circuitos!) que, azarosamente, buscan su pasado para así controlar su porvenir… con fecha de caducidad, según les ha estigmatizado el fabricante. Por tanto, apuran sus esfuerzos buscando prolongar sus días y disfrutarlos convencidos de que también lo merecen. Pues ¿no piensan y sienten?

ROY BATTY: guerrero, ingeniero de biomecánica, gurú,
ocultista... y el amor de su vida, PRISS
Y el conjunto cautiva al espectador de Blade Runner: su sofisticada imaginería visual, su barroquismo tenebroso, imprimiendo la certeza de que el mañana-mañana será eso/así. No podemos esperar que, por ser puerto hacia los enigmáticos Mundos Exteriores, la cosa mejore.

Estamos en un atolladero cultural/moral cuyas paredes son demasiado resbaladizas y empinadas para poder escalarlas y ver si, el otro lado, es mejor que esta depresión, y allí quieran dejarnos vivir. Prometemos mejorar, comportarnos decentemente. Deckard hace eso.

Los cuarteles generales de Tyrell Corp. No guardan los
secretos que ansía Batty conocer
El traumático retiro’ de esos NEXUS-6, y la oscura filosofía que el agonizante ROY BATTY le regala, dan perfiles de humanidad al estragado Deckard que, o tenía romos por la desidia y la ferocidad de su labor, o ve ahora, rutilantes a su mirada, deslumbrada por tanto anuncio de neón.

La primera versión estrenada esto permite intuir: esperanza, con la secuencia final diurna, desaparecida en copias posteriores para “ensalzar” la confusa analogía del unicornio del onirismo de Deckard. Esto mutila la trama. En cierto modo, Blade Runner es también elíptica parábola de la abierta caja de PANDORA (la nueva calamidad: los replicantes), y esas imágenes generaban idea de esperanza.

RICK DECKARD: el verdugo ofuscado. La analogía del
paso del tiempo que a todos nos consume y mata
Tampoco concilio con la, cada vez, más extendida ‘opinión’ de que Deckard era otro replicante, tal como en la novela de PHILIP K. DICK llegan, brevemente, a inducirle creer. Son interesados bulos comerciales, Propaganda espuria para mantener, permanente y sin necesidad, la luz sobre esta pasmosa película.

domingo, 17 de enero de 2016

LA MÁQUINA DEL JUICIO FINAL Y PHILIP K. DICK

Ajada cubierta de la novela. Poco
podía imaginar entonces su autor
qué 'revuelo' originaría el relato
Antes (creo) que CARL SAGAN y RICHARD TURCO difundieran la aterradora teoría de la Mutua Extinción Asegurada mediante el Invierno Nuclear, la Máquina del Juicio Final preconizada por VLADIMIR A. ALEXANDROV, Philip K. Dick la delineó ya en ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?

No al modo desolador y letal como esos científicos lo describen, sino estableciendo la analogía del polvo, comparable con una notable secuela del Invierno Nuclear: la nieve.

Recordemos: RICK DECKARD, cazarrecompensas del SFPD, persigue ‘andrillos’ fugados de Marte (tras cometer asesinato) por la San Francisco nublada y silenciosa, víctima de eventuales flagelos radiactivos que se incrementan según soplen los céfiros caprichosos y la hora. El alto cielo, empañado por el humo arrastrado por todos los vientos, es pantalla opaca. Obstaculiza el brillo solar, dando al mediodía estival aspecto de crepúsculo invernal.

En un intercambio nuclear (aun limitado), los incendios generarían copiosas masas de humo, hollín y pirotoxinas que, inyectados en la atmósfera, la ensombrecerían gradualmente. La oscuridad aportaría un glacial descenso de las temperaturas, provocando nevadas, ‘nieve negra’ impregnada de partículas radiactivas que terminarían incrustadas, largo tiempo, en cuanto podamos suponer.

PHILIP K. DICK, quizás por la época de redacción de
esta novela. Adicto con delirios de persecución
La Humanidad, ya brutalmente castigada por la guerra termonuclear y sus inmediatas secuelas de histeria, vandalismo y caos, empezaría a morir por acción de un asesino silencioso e invisible, cuya labor constante tardaría milenios en decaer.

Bueno. La ficción, gráfica o filmada, ha regalado “ejemplos” más o menos brillantes, o recordados, de supervivientes al Máximo Estrago. La cruda verdad les dificulta las cosas, sin embargo. Y la radiación degeneraría el ADN, no otorgaría superpoderes.

El resultado de una guerra nuclear es vívidamente similar al que describe Dick. Soslaya el frío, curiosamente, consecuencia lógica anotada en LA CARRETERA. Mas el polvo omnipresente sustituye a la nieve, haciendo notable el relato. Y es importante, sobre todo por la época de aparición de la narración. Veréis:

Debo ser justo y admitir que su fama
procede de esta adaptación del libro.
Afiche: DREW STRUZAN
El mundo intuía (gracias a Propaganda gubernamental trufada de —voluntarias— inexactitudes y —deliberados— embustes) que una guerra nuclear era mala. Más bestia que luchada con los blockbusters de la Segunda Guerra Mundial. Pero: sus secuelas, por avasalladoras que fuesen, podrían solventarse con buen y honesto trabajo americano. Y sobre la radiación… eso lo arrastra el viento. ¿A dónde? Daba igual. Vasto es el ancho mundo y, por el camino, su poder letal acabaría desgastándose. O la limpiaría unas torrenciales lluvias. Otra vez, la realidad destroza un análisis enfatizado por un peligroso patriotismo.

Ahora entra lo importante del dato debido al año de publicación del relato. Por entonces, los baratos filmes de ROGER CORMAN sobre catástrofes mutadas debido a la radiación “explicaban” que producirían insectos gigantes, o aberraciones similares. Todo bastante digerible. Hasta plausible.

Procedían de esa Propaganda oficial, empeñada en ocultar qué barrena de cruel devastación nos exterminaría. Los hechos desmentían la existencia de una insólita situación de precariedad-y-supervivencia que devolvería temporalmente a la Humanidad a la barbarie. O el Far West. Todo terminaría arreglándose. Es ley de vida.

Que ha degenerado en todo esto. Y  más
Numerosos relatos “de supervivientes” lo “confirman”. Más secuela de los erróneos datos oficiales y aun la necesidad del autor de imprimir esperanza. Una tenebrosa y deprimente fábula sobre gente que acababa muriendo debido a la guerra nuclear (y más durante los años “fuertes” de la Amenaza Roja, cuando Norteamérica —y la OTAN por extensión— debía mostrar poderío), no sólo podía considerarse antipatriótico; también desagradaría a lectores más o menos dogmatizados por el credo anticomunista.

Dick, sin embargo, indiferente a esa nebulosa concepción antipatriótica, etc., movido por la vehemente compulsión de crear, escribe esta involuntaria oda a la Masiva Extinción Asegurada, proscenio empero del drama de un verdugo a sueldo cuya labor comienza a causarle trastornos morales al comprobar que su objetivo es cada vez más humano y menos maquinal. Considerarlos objetos era salvaguarda para proteger su paz mental. Al irla perdiendo, se entorpece su puntería.

La frontera entre lo creado y su creador se difumina. El primero nota, en sí, la influencia de la chispa de la vida que lo anima; primero, lo invita a imitar al creador, y luego, a independizarse de él. A crear también, aunque sea un look particular.

Anda que no están exprimiendo bien
algo que pudo hasta ser ignorado en
su momento de aparición
Pero ponderemos sobre la trascendencia de que Dick, drogadicto “con delirios”, con vagas nociones científicas como mucho, pudiera “predecir” nuestra extinción de modo tan novedoso para entonces. Además, la sustitución del polvo por la nieve es otra evidencia de qué potente capacidad predictiva gozan tanto la ciencia ficción como sus autores, ‘anticipados’ y ‘visionarios’ que consiguen atisbar algo del futuro, esté o no previsto. Como humanos, son falibles. Dick no previó que la permanente oscuridad nevaría los parajes, y el frío dificultaría aún más la labor de Deckard.

Philip K. Dick. Un drogata “tirado”. Sin embargo, a modo de galardón, su producción llama poderosamente la atención de Hollywood, mientras que la de otros escritores del género, más respetables, pasa desapercibida. Conviene pensar eso también.

martes, 12 de enero de 2016

NÚMERO 9 — EL ALMA DEL ROBOT

Tenebroso afiche de esta narración
visual ucrosteampunk, tanto canto a la
cooperación como a la libertad del sujeto
Este stichpunk de animación postcataclismo, apadrinado por TIM BURTON, grosso modo desarrolla El alma del robot, novela de BARRINGTON J. BAYLEY. Exhibe demasiados elementos concordantes como para que sea algo casual. Empero, por experiencia sé que dos autores, situados aun en países ubicados en las antípodas, pueden obtener la misma revelación simultáneamente, y darle un cauce casi gemelo.

Mediarán luego la suerte, el potencial o interés del suelo patrio para que esa idea goce de más o menos interés, o éxito. El caso aquí no se da, debido al tiempo transcurrido. La novela de Bayley aparece en Década 70; esta fábula compuanimada es más reciente.

Puede tratarse de una especie de “demorado eco creativo”; las ondas alcanzaron “tarde” a SHANE ACKER para conjurar en imágenes la historia “inspirada”. También que Acker leyera la novela (título bastante oscuro; al menos, en nuestro país) y tardar años en materializar el concepto bajo esta forma. Picarescamente, leyó el libro y, aprovechando la relativa poca notoriedad de Bayley, negar la lectura para presentarse como un innovador dentro del controvertido mundo de relatos de robots.

Nuestro protagonista se enfrenta, resuelto, a los enigmas
que pueblan tanto su entorno como existencia
Siempre habría quien llegase, sin embargo, a establecer las conexiones que acabo de hacer. Da igual. Es la creación. Ondula caprichosa, beneficiando indiscriminadamente. Aun puede darse la circunstancia de que Bayley aprecie de qué eficaz modo plasmaron el alma de su narración, que no ésta íntegra.

En su novela, JASPERODUS, una tenaz máquina impulsiva y ambiciosa, recorre una Europa del futuro que, con dificultad, resurge de la vandálica era bárbara que siguió al esplendor de la ERA DE TERGOV, cuna de numerosos logros científicos. La soberbia mecánica artesanal de Jasperodus es uno de los éxitos que sobrevivieron al Colapso de Tergov. Y, para explicar su singular carácter, qué chispa anima sus decisiones, que no brotan de un elaborado programa, Jasperodus descubre en qué además sus ‘padres’ fueron sublimes: hallaron cómo trasladar ‘materia espiritual’ a un objeto como él.

No estará solo; lo acompaña esta peña. Cada cual expresa
interesantes rasgos individuales
La síntesis de Número 9 es esta. Empieza relatando cuando 9 despierta entre los polvorientos harapos de un mundo barrenado por una guerra mundial terminal. Este despojo no es, sin embargo, residuo de un mundo futuro, lo habitualmente concebido. Otro rasgo de genialidad de un filme con un atractivo acabado visual es ubicar el Armagedón en el paréntesis entre guerras mundiales. Hasta casi desprende sensación de ser recreación de LA GUERRA DE LOS MUNDOS, en el postvictorianismo donde H.G. WELLS centra la trama.

Un científico anónimo, disponiendo de los esplendores del steampunk y la electricidad, fabrica una MÁQUINA que debe garantizar la pax (según el principio Si vis pacem…). Empero, un aparato gubernamental totalitario (más soviético que nazi) se apodera del trabajo del científico, al que esclaviza para construir un arsenal que garantice el orden, persiguiendo conseguir además el control social absoluto y la completa e impositiva victoria sobre naciones rivales.

Características que, sumadas, producen acertados logros;
individualmente, más bien poco pueden hacer por sí
Algo va mal. La Máquina entiende mal las instrucciones o se descontrola, como SKYNET. Emprende un pogromo contra quienes debía proteger. No obstante, Skynet quería vivir. Cobró autoconciencia y tomó decisiones. No deseaba servir a la Humanidad. Tenía sus planes de futuro. Aquí, la Máquina entabló combate sin precisa causa. En todo caso: liberó gas letal y el Hombre machacó a cañonazos sus bípodes de guerra. Al final, nadie venció.

En el páramo sembrado de concertina y escombros, 9 y sus hermanos de trapo andante-parlantes, rellenos de mecanismos, intentan descubrir qué pasó, dilucidar qué ocurrirá luego. Y enfrentarse al principal enigma de sus vidas: qué las originó. Entre ellos, hay quien teme saberlo. Y lucha para que jamás se descubra.

Y llega el momento de la revelación. ¿Podrá aceptarla?
Número 9 es una feliz hibridación de géneros, según hemos visto. Introduce un elevado concepto místico, la existencia del alma, como testimonio de la inmanencia de Dios, o un Ente Superior, aun Supremo, así como que el espíritu, en exclusiva reservado al Hombre, puede transmitirse a seres que, en principio, por su naturaleza, lo repelen.

No se engolfa en un dilema filosófico, o moral, en todo caso, Número 9. Este recurso es una elegante artimaña argumental para cebar un relato de elaborado esparcimiento lleno de aciertos (la mayoría, visuales) y desmarcarlo, singularizarlo, de una ‘idea fija’: el robot como una herramienta que luego se hace problemática, por motivo cualquiera. Estos robots de trapo numerados manifiestan luego las divisiones emocionales del alma donada para propiciar su génesis, fragmentación que expresa gran tino imaginativo, que, no obstante, tras el combate contra la Máquina, ente hambriento de espíritu (o de recuperar el que una vez poseyó), nos deja ante un final fatalista.

9 intenta combatir con esta luz la oscuridad que encarna
la MÁQUINA
Han heredado un predio de ruinas. ¿Cómo reconstruirán; bajo qué principios?

Y está ese acierto final, que explica por qué la Máquina, infalible en principio, fracasa. Pues porque es obra humana. Y tenemos defectos. Su fabricante no consigue superar nuestras taras. Siendo teológicamente fruto de Dios, ¿también reflejamos Sus imperfecciones? Inquietante pregunta.

domingo, 10 de enero de 2016

BREVE DISERTACIÓN SOBRE LA POLÍTICA Y SUS REGÍMENES — EN SITIO DE CIENCIA FICCIÓN

A poco que me equivoque, a un mundo
futuro de estas características nos
encaminamos. Podría no ser el peor,
dadas otras opciones
Por estas fechas, una de las webs decanas de habla española sobre la ciencia ficción, Sitio de Ciencia Ficción, publica unas conclusiones temáticas específicas escritas por un abundante racimo de autores, entre los que me honra contarme. Siempre hallamos, en este variado ramillete, conclusiones del más alto interés, que por supuesto recomiendo.

Su fuerza quizás reposa en eso: la diversidad de criterios y miras como se resuelve el problema inicialmente planteado.

Este año corresponde a cómo la ciencia ficción enfrenta el gobierno de Hombres y cosas y bajo qué sigul lo efectúa. Mis propias observaciones me conducen a afirmar que sólo hay dos gobiernos factibles: la dictadura o la democracia, y que todo lo demás, aunque aparenten novedad, como sería el neofeudalismo estelar de DUNE, no son más que ensayos, frivolidades o experimentos, cuyo resultado termina decantándose hacia una de esas opciones.

Un repaso más intenso permite apreciar que el destino humano “persigue” lo primero, tendiendo hacia una dictadura blanda (la Sociedad Corporativa de ROLLERBALL) para no provocar mucho jaleo. La gente, contentas sus pasiones más elementales, prefiere la comodidad del sofá al enfrentamiento contra policías militarizados que le partan la crisma mientras los desalojan de las barricadas callejeras. Cuantiosos ejemplos confirman esta apreciación. Lástima no equivocarse en esto.

Gocemos mientras podamos de las libertades que presuntamente disfrutamos ahora. Lo dicho: en la variedad subyace el gusto, y quizás el lector encuentre una opción entre esos comentarios en la que no reparé. La ciencia ficción abarca demasiados años luz, y no puedes recorrerlos todos; o a tiempo de concordar con esa otra opinión.

jueves, 7 de enero de 2016

EL ASOMBROSO CABEZA DE TORNILLO — AZOTE DE ZOMBIS

Cubierta describiendo al protagonista de
este comentario
Este verdadero apasionado de las viñetas, MIKE MIGNOLA, padre de HELLBOY, ilustra una ingeniosa y fresca parodia del género gótico, al cual satiriza mediante Cabeza de Tornillo, singular ente robótico de orígenes secretos, como muchas piedras extrañas. Ignota, al menos, en ésta, su primera andanza. Mignola, ocultista de la tinta, actor participante en centenares de proyectos gráficos o literarios (¡más, más!), también se mofa de sí mismo al envolver esta aventura steampunk en los ajardinados cataclismos prebíblicos tipo Hellboy, dibujando las figuras de autoridad estáticas, endiosadas en una sapiencia ‘enigmática’, pantalla arrogante que puede ocultar la más absoluta ignorancia.

También dispara contra los zombis. A quemarropa. El enemigo al que Cabeza de Tornillo frustra planes (aunque el propio EMPERADOR ZOMBI ayuda a boicotearse) es un altanero y bastante inepto muerto viviente maqueado de ropajes decimonónicos que pretenden aureolarlo de extravagante dignidad. Henchido de la megalomanía habitual de los supervillanos del mainstream, el Emperador Zombi persigue obtener una joya embrujada cuyo poder oscila entre los fetiches cargados de letal hechicería de la Era Hyboria y el Arca Perdida.

CABEZA DE TORNILLO inicia la
persecución del prepotente
EMPERADOR ZOMBI
Mignola, para narrar la singular parodia, ilustra amplias viñetas bañadas en negro. Le ha cogido gusto a oscurecer su trabajo, y debe ser el cliente predilecto de Pelikan, por la de tinta que consume. Le acompaña un agraciado color que realza lo contado, francamente esquemático, pero impregnado de divertida médula. Resalto la parodia, cuyo éxito es difícil de conseguir.

Arropan al Emperador Zombi ayudantes de dudosa utilidad; están diseñados para ampliar el gag. Rebosa sarcasmo el voluntarioso Cabeza de Tornillo, leal recurso al servicio de ABRAHAM LINCOLN, y cuya labor ha salvado anteriormente nuestro ancho mundo. El Emperador Zombi y él, sugiere Mignola, ya se han enfrentado antes, prevaleciendo Cabeza de Tornillo.

La realización de la obra demuestra o un grado sublime de inspiración o la rampante genialidad de Mignola, como también muestra su deseo de apartarse del sombrío palio que desprende Hellboy. No obstante, no puede del todo/completamente despegarse de quien le ha inmortalizado; no es tan soberbio. Es agradecido, y por eso hace un cóctel de referencias en esta historieta, premiada con el EISNER.

Aquí aparece, rodeado de la flor
y nata de su incompetente hueste
Se siente cómodo en los tenebrosos escenarios barrocos pulverulentos plagados de telarañas, las ruinas antiguas y con remanente brujería arcana que refieren siniestros episodios previos al Hombre, todo cuanto LOVECRAFT se empeñó en hacer grandioso desde los párrafos de sus relatos publicados en una modesta revista pulp, género que está demostrándose la literatura de calidad, semillero de los Grandes Clásicos de la actualidad, capaz de engendrar fantabulaciones modernas del cine.

Desde ese confort, dibuja un secreto episodio de la Historia que carga sobre los hombros de Cabeza de Tornillo, puro elemento propio de JULES VERNE: remachado por doquier, disparado contra el Emperador Zombi con un cañón, dinámico aventurero estilo DOC SAVAGE, salva al mundo de las amenazas mecánicas que podría generar un DR. ARLISS LOVELESS o las más hechiceras conjuradas por el Emperador Zombi.

Propiciándolo el tema, aprovecho para hacer digresión contra la “moda” de los zombis. Felizmente, cae. Su putrefacta carne empieza a encontrar las tumbas que jamás debió abandonar. Porque una cosa es tener algún filme afortunado que aporta variedad al espectro del ocio, y otra una Sociedad entera volcada al repelente fenómeno zombi. Cojones, ¡que son cadáveres ambulantes! ¿No tenemos fetichismos más saludables? ¡Resulta que lo que pone al personal es la necrofilia!

Aunque saben cómo detener a un
enojoso intruso
Nuestro país ha sufrido este repugnante azote, siendo encumbrado (!) aun por sujetos de dudoso… “gusto”. La afortunada lógica está ayudando a descamarnos, ¡por fin!,  de esa suciedad para recorrer espacios más amplios y, sobre todo, salubres. Con Cabeza de Tornillo, Mignola se adelantó en defensa de otros Universos de ficción amenazados por la necrofilia mórbida/morbosa de un colectivo que, desde su pequeñez, lograba irracionalmente imponerse.

También Cabeza de Tornillo expresa que una elegante y medida mezcla de tipos de aventuras puede ser idónea forma de contar una historia. Los zombis, a los que ODIO, como a quienes ciegamente les veneran, son sólo eso: pretexto de descerebrado shooting game sobre entes plagados de vermes y moscas que avanzan titubeando, o se motorizan con súbito estallido de energía en pos de carne fresca.

Dando siempre en el blanco
El tiroteo es toda el “alma” zombi: las gilipolleces de que trasuntan el miedo al contagio, recuerdo de las plagas medievales, o un soterrado discurso del seguidismo al líder, que masas lerdas (los zombis) aplauden sin analizar su doctrinario, o algo de corte religioso para meter otra lasca teófoba, son eso: carajotadas prepotentes.

En la creación sólo impera ganar $; vender algo por una buena cantidad de dinero, y hacerse un prestigio para cobrar más Más MÁS. Los discursos antes citados, obra de ‘inteligencias’ aburridas que no pueden obtener notoriedad per se, es guano mental. Lo que prima es entretener, pero con calidad. Y Mignola, con Cabeza de Tornillo, lo consigue. Con nota alta. 

miércoles, 6 de enero de 2016

CABALGATA DE REYES

Los Magos de Oriente son así: generosos como pocos
La TV ofrece comparar (ese ODIOSO ejercicio) distintos hábitos y/o costumbres según las diferentes tierras. Ayer pude apreciar cuánto varían las Cabalgatas respecto al plano de la elíptica que habites. Hago esta valoración intentando ser desapasionado así como respetuoso tanto en consideración al esfuerzo realizado por numerosas personas como por mis lectores madrileños. Sin embargo, debo deciros que vuestra Cabalgata de Reyes Magos, comparadas con las nuestras, es una birria. (Pero, calma, me dicen que la de Barcelona es peor aún.)

Lo más asqueroso de todo esto es que cierto sesgo ideológico político ha invadido algo que es simple magia e ilusión despojada de esos piojos; se persigue que a los chiquillos les brillen los ojos de fantasía y que a los adultos nos reviva la llama de nuestra más inocente juventud confiando en que haya algo de verdad que nos libre de penurias, calamidades y discusiones y disfrutemos de la ingenua expectación del regalo sito a los pies del abeto de plástico en la mañana de hoy.

Abarrotamiento callejero y cercanía del populux a las
Carrozas, un derroche de luz y color a juego con las
luces navideñas del viario
El programa que me permitió efectuar la comparación ofreció la patética miniatura que, en Cádiz, poderoso bastión de Podemos, ha constituido su Cabalgata: cinco carrozas. De hecho, sólo efectuaron una conexión para anunciar que era cinco carrozas, listas a emprender un mínimo-nimio recorrido, y su notable carestía de caramelos.

Al parecer (diarios dixit) allá donde la Poderosa Podemos gobierna, ha castigado cuanto ha podido (para eso son Podemos) los festejos navideños. ¡Es la enérgica oleada del laicismo, dispuesta a ¡celebrar! SAN NICOLÁS antes que los Reyes Magos! Los Magos son rollo del nacionalcatolicismo y San Nicolás, alias PAPÁ NOEL, es… Es progre, c*ñ*.

Es LAMENTABLE que un sesgo ideológico se inmiscuya tan activamente en algo exento de trascendencia política. Han recortado (esto, ya en Madrid) en alumbrado, para destinarlo, atención, que la cosa manda, a celebrar saturnalia, o sea, una festividad religiosa romana, y no el nacimiento de Jesús (recalco lo de nacimiento). Por el extendido complejo fóbico nacionalcatólico aducido. Lo habitual con los laicos: halagan ritos religiosos paganos, pero no cristianos. ¿No es, en esencia, RELIGIÓN? Les faltan tuercas. Gente que piensa así: es peligrosa. Debemos alejarlos del poder lo más posible, porque ignoramos con qué nos saldrán luego, atendiendo a conmemoraciones paganas.

Un acompañamiento perfecto para lo singular del evento:
el alumbrado y los contrastes cromáticos
En Madrid sustituyen anoche los camellos (tradición lógica por doquier vista) por triciclos… Y suerte que SS.MM. los Magos de Oriente no aterrizaron en ala delta. Que, a este paso, y por mor de pisotear las tradiciones “nacionalcatólicas”, veremos a una escuadrilla de cazas TIE imperiales bombardear con caramelos a los concurrentes.

Y luego, esa falta de luz, majestuosidad y cercanía que gozan nuestras Cabalgatas. Al menos, las que, según sus recursos, puedan disponer de más o menos oropel. La de aquí transmitía calor, magia. La de Madrid parecía de diseño, cosa de pijos. Vallas acotando al personal y celofán. Lo lamento, insisto. Mas es así. (¿Siempre ha sido así?)

Qué triste Triste TRISTE noticia. Y ¿cómo no iba a ser la
Cabalgata étnica
per se? ¿No eran los Magos de distintos
países? ¿Esto es una evidencia de la inteligencia laica?
Dios nos coja confesados cuando piensen en serio
 
Y los Magos portan una corona de cartón piedra que ni comparación tienen con las de aquí. Sigue siendo de pega; empero buscan causar una impresión de majestad. Lo que vi de la Cabalgata madrileña desprendía sensación de tratarse de enojosa burocracia que intentaban llevar bien.

No debería mancillarse así una tradición que sólo persigue llenarnos de algo de ilusión y luz al menos un día. Bastante penumbra nos acompaña los restantes del año.