sábado, 15 de octubre de 2016

LA FAMILIA LITERARIA — AUMENTA

Y recordemos las novelas
publicadas en
Amazon
La imagen lo constata: mi familia literaria (en papel, al menos; recuerdo los títulos aparecidos en ebook de Amazon), crece de manera gradual. Es sensación singular la de tener TU LIBRO en tus manos. Y, especialmente, con el esmero como lo ha editado Triskel. Creo que la supera el que personas que de nada conoces te lean y aprueben tu labor, haciendo comentario en persona o trasladándolo a reseña.

Entre las actividades del ELF 2016 estuvo una interesante conferencia impartida por editores y con amplia participación de público. En cierto momento, un pequeño grupo (creo que claque de una autora integrada entre ellos) “denunció” qué “escaso valor” los editores (presentes, por ejemplo) daban a la autoedición. Esto reclamó mi atención. Y vigilando atentamente al grupo, sospechar que abrigaban a la autora (que no se identificó, por otra parte, aunque desprendió su opinión).

Reprocharon que estaban autoeditándose grandes obras que rechazaban los editores y que, porque lo demanda el impulso creador, no daban más opción a estas firmas que lanzarse a la procelosa aventura de la autoedición. Conceso entre los editores: aceptaban el argumento, SÍ, AJÁ (latiguillo habitual de Soguetto). Pero también recurrían al sistema historias impresentables y soberana pobreza literaria. Caprichitos.

BIANCA BLAZE también forma, ¡destacada!, del conjunto
Uno de los editores la palabra clave: FILTRO. Un editor es, en última (o primera) instancia, el tamiz. Puede avalar una obra maestra (o ignorarla, cuidado; sucede) o publicar, por ejemplo, un truño jactancioso además ilustrado con láminas moñas. Toma ya castigo. Pero esa es la palabra: FILTRO. Amazon carece de él. Y corremos esta suerte singular: adquirir una obra maestra o una cagarruta moña.

Se supone que, si está en papel, con alta calidad de impresión, es porque DE VERDAD la obra lo merece. (Aquí podríamos desglosar entre los best-sellers de confección, los que un instinto rapaz editorial ¡encumbra! porque intuye negocio en algo que, sucintamente, tiene calidad mediocre, pero que un caro bombo publicitario ¡ensalza!, y los long-sellers que perdurarán in saecula saeculorum.) La impresión es el logro máximo. El certificado que el lector busca para arriesgar la compra.

Visto de perfil, tiene este aspecto
La autoedición, reitero, tiene la desagradable vertiente de publicar lo deleznable. Este detalle crucial era el que ese grupo se negaba a admitir, siendo clamorosa verdad. Personalmente, si me arriesgo a la autoedición es DESDE LA PLATAFORMA de mis méritos. Los libros y las menciones como finalista. Hay calidad aquí. Pero no podemos prohibir a nadie luchar por obtener sus sueños. Sí, con amabilidad, destacarle que sus presunciones pueden ser fatuas. Que el borrador merece otro repaso. Los amigos pueden tener las mejores intenciones. Pero creo que su solidaridad ayuda en poco si, a algo sin calidad, le dan el V.B. sólo porque… eres amigo.

Ya es cuestión de la autoestima. Cómo absorba el golpe. Y humildad.