domingo, 2 de abril de 2017

ROMA (SERIE TV) — Y OTRAS CONSIDERACIONES ANEJAS

Sin duda: para adultos, que también
merecen una serie cuidada y
bien interpretada
 
Roma, grosso modo otro invento de JOHN CONAN THE BARBARIAN MILIUS, compuso la vanguardia de la “nueva televisión” que inauguraba el siglo XXI. Otros títulos podrían ser LOS SOPRANO, THE SHIELD o DEADWOOD. Aun TAN MUERTOS COMO YO.

Esta “nueva televisión” se caracterizaba por mostrar de forma más desnuda relatos que, en cadenas “más conservadoras”, temían hacer pues podían perder un delta de espectadores que garantizaba su continuidad. Deberíamos entender ambos esfuerzo desde el ángulo de que el mercado es vastísimo; incluye amplia variedad.

Alcanzas una edad, cultural sobre todo, donde las paridas de CSI:lo-que-sea, repelen. No digo ya de sitcoms o teleseries de supuesto contenido familiar/soft/blandito donde impera lo mismo que en CSI: pésimas interpretaciones, diálogos de diarrea, puestas en escena que priorizan la metrosexualidad de revista del que la protagoniza, no ceñirse a una realidad que, supuestamente, está retratando.

Volvemos a que debe haber de todo. Hay espectadores enganchados a la nada brillante mecánica de los CSI y series que la imitan. Y como cada copia puede contener taras que aumenten la distorsión, ¡imaginen ustedes cómo de espantosas son esas “secuelas”!

Mi favorita por obvias razones. Comparada con las memeces
peor interpretadas de
CSI:lo-que-sea, era pura realidad, tan
escalofriante como intensa
Pero existimos otros espectadores que gozamos con un producto elaborado, culto, o lo bastante para ni ser pedante como tampoco aburrido, con un elenco convincente que dona la fuerza de una interpretación trabajada en un entorno descriptivo acertado. Roma es ese ejemplo.

Milius, historiador, recrea una Roma sucia, mezquina, llena de batallas, ambiciones, grafitis obscenos y una procaz sexualidad desbocada que aún perdura, aunque se suponía no existía “en aquellos tiempos”. La pornografía y las pasiones carnales son eternas. Van más o menos cogidas de la mano a través de la Historia, y pienso que negarlo es una forma gazmoña y deshonesta de deformar hechos acaecidos.

Por educado pudor edulcorarlos, pues sí. A ciertas edades de la enseñanza. Pero a señores “de mundo”, ocultarles que esa cultura tenía prioridades carnales que nuestro cristiano concepto de la moral procura sepultar bajo repelentes hipocresías y represiones sexuales, es casi insultante.

El western ha dado sus peores caras en
numerosas películas. Pero en TV, como
en ésta serie, nunca
Roma también ofendía a la novela histórica, bastante metida en maquillar carencias y suciedades de épocas pasadas. Recrea un “tiempo pasado que fue mejor” cuando en absoluto lo era. Hay un miedo consciente al futuro (distopía cyberpunk/tribalpunk) y la Sociedad, con su esfuerzo por priorizar la novela ‘histórica’ sobre otros géneros, lo evidencia. Roma exigía el compromiso a ser veraz, contar que la mierda podía pavimentar esas calles de los ebúrneos templos y mansiones marmóreos.

También quiero anotar que, entre las personas “de cierta edad”, se ha construido una Roma idealizada que se resiente con brutalidad ante la Roma de la teleserie. Entre estas personas cunde la idea de una Roma victoriana, donde las “necesidades” se hacían con regulado orden cristiano, tan rígido como los fustes de mármol de las mansiones. Ignoran el drama de la esclavitud; piensan todos en Roma vivían como césares, y si el Imperio cayó fue porque terminaron convirtiéndose en maricones. Descuidaron sus deberes marciales por estar pensando “en otras cosas”. Nadie les ha contado la salvaje promiscuidad de TIBERIO, o la competición de MESALINA con la prostituta. ¡Nada! Acabaron amariconados y…

[Esto discutí una vez con alguien que “sabía” sobre Roma como nadie; se negó, de plano, a aceptar mi argumento de que las ambiciones personales y la pobreza disolvieron el Imperio. Insistía: ¡se amariconaron! Y punto.]

No podemos olvidar la que, afirman, fue la que lo originó
todo, este modo de presentar TV para adultos maduros
El contexto formativo de Roma, que se toma licencias, debo señalar, es un valor añadido a su resultado, que, a veces, parecía empero construir un argumento en torno a una escena porno que incluía el episodio. En la marea de mediocres teleseries “de policías”, destaca como la Roca Tarpeya. Suerte que tenemos una TV capaz de salvarnos de esas insulsas producciones, que sólo triunfan por su saturación, no su contenido.