domingo, 6 de agosto de 2017

GOOD BYE LENIN — O EL CUENTO DE LA COCA-COLA ROJA

Afiche. De terror apabullante a objeto de
coleccionista y hasta sátira. Derribado
por el simple desgaste de su ineficacia
Conspicuo detalle de esta agridulce comedia europea es el de que la Coca-Cola fue un invento soviético robado por los imperialistas norteamericanos para darse mayor importancia ante el resto del ancho mundo. Y la señora postrada en la cama: lo acepta.

El filme, para criticar al comunismo, pero más, al fanático sistema de Propaganda que anulaba el juicio crítico de sus ciudadanos y en qué condiciones de carestía universal vivía la República Democrática Alemana, aprovecha para hacerlo el desplome del Muro de Berlín, el primer esfuerzo de reunificación germana, mostrando cómo las estructuras de poder comunistas se cimentaban en dos pilares impresionantes… pero poco firmes, pese a todo: la calculada Propaganda y la Intimidación. Ésta última instaba al ciudadano a creer sin dudas lo que predicasen por absurdo que fuese. El ejemplo: la Coca-Cola.

Una familia normal, regentada empero por una madre fanática comunista (no sé si porque no conoció otra cosa, quiso conocerlo, la adoctrinaron hasta negarse toda capacidad de querer comparar), despierta un día viviendo el desplome del Coloso Rojo, quedando expuestos al barbarismo del rock and roll, los Mc´Donnals del agresor imperialista yanqui, la libertad de elección y los lujos (y también miserias, no seamos hipócritas) del sistema democrático Occidental.

Principales protagonistas del filme. Encomiable el que este
hijo proporcione esa última felicidad a su madre. Aunque
debió dársela de un modo mucho más amable
Los jóvenes de la familia, o bien más críticos, o con visión mejor de que el paraíso de los trabajadores no era tan magnífico como Propaganda ordenaba creer, aceptan la novedad entre interés, cierta frustración y resignación. Pero la madre, padeciendo grave dolencia cardíaca, no podría soportar el que un ideario que fracasó (pese a su eficacia sobre el papel) desaparezca, siendo absorbida su patria por la repudiada Federal/democrática (de verdad), importando novedades degradadas por los Poderes Públicos por viciosas, pornográficas, drogadictas. ¡Imposible!

Así que, siendo cosa terminal, y procurando alargar con felicidad los días que la restan, el primogénito y sus amigos montan una continuidad propia del INGSOC falseando las noticias mediante ingeniosos telediarios. ¿Cómo explican la caída del Muro? (Pienso ahora: ¿debieron? No tenían por qué. La madre podría ignorarlo perfectamente. Jamás la interesó saber la verdad.) La democracia Occidental ha fallado, todos corren al paraíso comunista, claudica EE.UU. La Coca-Cola regresa al hogar.

Interesante fotograma. Así vive el comunista  (o todo
fanático): no queriendo ver la verdad  o sólo la que se
 filma/truca a través de una grabadora de vídeo,
¿verdad, venezolanos, cubanos, todos los ajenos?
Una persona con un sentido crítico mediano podría apreciar las mentiras enseguida. El ancho mundo comunista distaba muchísimo de ser la perfección que afirmaba ser. Es Occidente manifiestamente mejorable; pero sigue siendo mejor que todo eso. Y ahí está la señora, muestra de una Sociedad adicta a programas ineficientes de progreso, cuyas taras las disimulaban cargando contra la pornografía de Occidente y el que su gente fuese a las urnas a elegir al corrupto de su preferencia para gobernarles.

Ellos sobrevivirían gracias a la Disciplina y Sacrificio impuesta por el Partido. Historias sobre represión y gulags (que no es un plato húngaro): las desoían. Elegían no creerlas. Estaba mandado. Las difundían Enemigos del Partido… pese a denunciar en qué fracaso residían. Violaciones de derechos humanos fundamentales.

Los estandartes del "progreso" desaparecen barridos por
los eslóganes del corruptor Occidente
Good bye Lenin ataca al comunismo que se vendía (sigue haciéndolo) como un Igualador, eso de la moderna “democracia participativa”, donde quien disentía, desaparecía, pese a afirmarse que aceptaba críticas. E, insisto, contra todo fanatismo que manipula la información como se le antoja. Conviene tener presente eso, el poder de la Propaganda: qué mensaje lanza, a qué aspira, quién la maneja, con qué fin, apreciando cómo anula la voluntad del sujeto prometiendo una “mejoría” que sólo gozarán unos pocos. Algo de sentido ácrata contra nuestros líderes, electos o elegibles, puede ser hasta saludable.

…y dicho todo esto, ¡me tomo vacaciones!