jueves, 27 de febrero de 2014

FRANK FRAZETTA

Autorretrato de FRANK FRAZETTA, lo
adecuado, como con DREW STRUZAN
RICK BERRY, en el prólogo del fantástico libro editado por ARNIE y CATHY FENNER sobre Frazetta, consigna la frase-guía indispensable para entender la Cultura; mejor: a sus “gestores”: “Lo que para algunos es reprochable es el éxito comercial en la cultura de masas”. Para estos ‘gestores’, la CultuPop es una grasa indigerible e insufrible; no debería existir.

Lo entiendo. Como autor de “cultura de masas”, llevo vistas muchas miradas engreídas de quienes estiman el “Arte” (o Cultura) como cosa arcangélica que sólo pueden unos pocos tocar, o transformar. Importa un ardite si el resultado final (en lienzo, pongamos) es un absurdo conjunto de rayas. Es un Arte sublime para restringido solaz de los paladares más selectos… y vanidosos. El resto, excluidos.

La influencia de REMBRANDT quizás sea más
destacable aquí que en otras pinturas suyas
Las peores miradas han provenido, sin embargo, no de autores, o críticos, sino de “editorzuelos” con ventosidades en vez de ideas. Lo conseguido, empero, fue aumentar mi calidad. Siendo cada vez mejor, provocaría al flatulento engreído tal ataque de celos que le causaría un enfisema pulmonar.

Y si destaco a estos “entendidos” fatuos es porque son la piedra angular sobre la que se encumbran los “expertos” que, con criterio de PROCUSTO, ensalzan o denuestan a capricho, con mohín elitista en rostros paralizados por la vacuidad existencial.

Residen en la cúspide de una alta torre de marfil, y, poseyendo un “refinamiento” y una “escuela”, les estiman autoridades. Abajo, en los legamosos cimientos, moran sus imitadores. Con rudimentos culturales, se dedican a lapidar obras (acción resultado de su impotencia creadora, que los impulsa a “matar” al que trabaja) para granjearse la condescendencia de los ‘elevados’ gestores. Gente con muchos humos, marquesitos veleidosos, pero que a esta hueste de improductivos tienen deslumbrados.

CONAN contra los GIGANTES. Ahora, porque está
"muy visto", pero en el momento de su aparición,
esta pintura supuso un
shock "generacional"
Esta digresión sirve para señalar que Frazetta pudo quedar totalmente marginado merced a la aversión por otras formas de expresión artística y la manía de etiquetar de estas ‘sublimes’ gentes y sus sacamantecas.

Destacan de Frazetta el vigor constante de sus imágenes, llenas de poderosa vitalidad, causa de una ligera exageración. El Arte se divide entre quienes ejecutan briosamente, por instinto, pretendiendo atrapar al espectador, y los planificadores. Estos no logran, pese a la soberbia imponencia del resultado, transmitir la sensación de vida de los primeros. Y es decisión difícil elegir entre “copiar” con impresionante verismo, o “transmitir”. Esto exige un sacrificio que no a todos agrada. Desobedece cánones, reglas, gustos… Escuelas. Lo segundo es… menos perfecto pero eficaz. Si logras, como Frazetta, granjearte la admiración colectiva, wunderbar! (De ahí lo arriesgado de la fórmula.) Mas, si ocurre lo contrario…

Ni la parodia le vino "grande" a Frazetta. La
modelo, por cierto, era ELLIE, su señora
Lo que hace grande a Frazetta, sus enormes dotes como artista, provienen del querer hacer que sus pinturas “respiren”, “se muevan”, impacten. No pintó fotogramas de un pavoroso verismo (que aturde por su impecable acabado), sino instantáneas rodadas con cámara de alta velocidad del momento más impresionante de la escena.

Y Frazetta fue quien retrató definitivamente a Conan. Admitió que sentía “sintonía” con los cuentos que le pidieron ilustrara. Su exotismo bárbaro le atraía más que en otros relatos. Mostró su cara, la forma, la imagen que después una pléyade de autores ha copiado, empezando por el sacralizado JOHN BUSCEMA. Mas no sólo retrató al cimmerio (¿o cimmeriano?); dio una sustancia de la que carecían otros personajes que, tras su recreación, se han hecho icónicos.

EL MENSAJERO DE LA MUERTE, obra
pintada en una noche... Pasmoso
Frazetta, con su arte, consiguió que modestas editoriales superaran un grave trance económico, efectuando portadas impensables para la época, una zumbada e incapaz de definirse (artísticamente) entre lo clásico y la contracultura abstracta que ganaba terreno en las galerías de arte y la querencia de los entendidos por esnobismo. El de Brooklyn, al margen de todo eso, tiró por el camino del medio. Hizo lo que mejor sabía. Tomó cuando de impresionante y eficaz tenía REMBRANDT y lo enmarcó en un panorama fantabuloso nunca antes concebido.

Por desgracia, un genio de su magnitud no puede evitar (aun sin proponérselo) hacerse enemigos. La opinión adversa más cretina vertida sobre su trabajo procede de SPRAGUE DE CAMP y LYNN CARTER (esos cegadores faros del fantástico —sanguijuelas que medraron de “reconstruir” los relatos de ROBERT E. HOWARD sobre Conan—), que hallaban su imagen del cimmeriano (¿o cimmerio?) como “poco atractivo y necesitado de un corte de pelo”.

Afiche no utilizado de ABIERTO HASTA El
AMANECER. Frazetta produjo gran cantidad
de carteles de cine
Helo ahí: la estupidez incrustada en el corazón de la Cultura, drenando memeces bebidas por ciertos colectivos como néctar inspirador. ¿Qué esperaban de Conan, saqueador del Remoto Pasado, época sucia e ignorante, donde la fuerza y la violencia daban la razón, siendo medida de todas las cosas? Seguro que preferían la estampa de algún atildado señorito que, en ocasiones, se desmadraba algo, reflejo de esos irreales galanes del cine de entonces que, pese al más brutal ajetreo, ni se despeinaban.

Podría verter un (merecido) Nilo de elogios sobre la influyente y vasta obra de Frazetta. Tiene el inconveniente que un gran número de admirativos hace la exaltación viscoso peloteo, y he preferido resaltar su grandeza citando ejemplos que podrán ilustrar mejor al lector de dónde procede la grandeza de Frazetta.

Qué capacidad para resaltar los contrastes
Esas opiniones adversas proceden de personas conscientes de que jamás tendrían una fracción de su talento. Y, por tanto, debían masacrar el de Frazetta.

Frazetta logró agotar, con una ilustración en portada, toda la tirada de la prestigiosa revista American Artist. ¿Puede haber mayor y elogioso reconocimiento a su trabajo? Debió ser un trago amarguísimo para las elites culturales el que un tío que ilustraba (ajá, sí) sobre monstruos y fantasías seminudistas (o fetish, como la saga de Barsoom), tuviera ese colosal impacto global.

La enfermedad del tiroides que aquejó a
Frazetta lo forzó a aprender a dibujar con la
zurda. Esta pintura fue realizada con la
mano izquierda
La CultuPop, gestando y legando como las góticas ‘majestades’ ni pueden ni podrán. Frazetta dudo que en ningún instante de su vida reflexionara sobre esto, ni pretendiera hermanar lo más sibarita de la pintura con lo más desenfrenado de la CultuPop. Creó porque era su instinto. Ilustró pues era su trabajo, que alimentaba a su familia.

Parafraseando al gran STEPHEN KING (otro proveedor de CultuPop): el Arte sale del estómago. De deber llenarlo. El resto son flatulentas telarañas de Manderley, que ayudan a poner una pose relamida, pero estéril.

Gracias, Frank, por las innumerables lecciones dadas.

Vuestro Scriptor.

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